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Hoy, Día Internacional de la Mujer, debemos recordar que la Educación Social es una
profesión ampliamente feminizada e infravalorada, como otras que consisten en
cuidar y acompañar a personas en situación de vulnerabilidad y exclusión. Es necesario
incidir en las dificultades laborales de las Educadoras Sociales en el ejercicio de su
profesión y, una vez más, denunciar las malas condiciones y la externalización de los
servicios sociales básicos en detrimento de un servicio profesional público, gratuito y
universal.

La Educación Social debe ser FEMINISTA para seguir avanzando en igualdad, respeto,
solidaridad y empoderamiento.

#edusoESfeminismo