20 DE NOVIEMBRE DE 2022

DÍA MUNDIAL DE LA INFANCIA

Naciones Unidas celebra el Día Mundial de la Infancia el 20 de noviembre, “fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959. Esta declaración, que no tenía legalmente carácter vinculante, no era suficiente para proteger los derechos de la infancia. Tras diez años de negociaciones con gobiernos de todo el mundo, líderes religiosos, ONG, y otras instituciones, se logró acordar el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países que la han firmado”.

Celebrar el “Día Mundial de la Infancia es recordar a la ciudadanía que los niños y niñas son el colectivo más vulnerable y, por tanto, el que más sufre las crisis y los problemas del mundo”.

El Informe FOESSA, que se realiza anualmente y acaba de presentarse, analiza la “Evolución de la Cohesión Social y consecuencias de la Covid-19 en España” viene comprobando que la pandemia ha impactado con mayor virulencia en la situación de aquellos sectores de la población que ya se encontraban en una posición de especial vulnerabilidad. Sin duda, entre estos sectores habría que incluir a la población joven, en tanto las tasas de exclusión siguen siendo hoy en día más elevadas que las de otras cohortes mayores.

Nuestra profesión ha estado siempre ligada a los colectivos sin voz más vulnerables y pocos hay que pasan más inadvertidos que este. Todos los niños y niñas merecen la oportunidad de alcanzar su máximo potencial, no deberían sufrir olvido o invisibilidad y deberían contar con alguien a quien acudir en busca de ayuda, apoyo, asesoramiento y/o servicios de calidad apropiados.

Nuestra gente más pequeña continúa sufriendo abusos, violencia y desventajas en muchos de sus entornos que dificultan su correcta evolución y paso a la etapa adulta. Cuando un niño o una niña es tutelada por nuestras administraciones significa que como sociedad hemos fracasado, al no haber sabido responder a unas necesidades concretas implementando políticas de prevención y cuidado previas. La tasa de pobreza infantil es, a todos ojos, inaceptable y nuestro porcentaje de menores infractores de la ley, muy preocupante.

Es obligación de nuestro Colegio y compromiso ético de nuestra profesión trabajar de la mano de las administraciones para garantizar que las necesidades y  derechos de la infancia sean efectivamente una prioridad política.

Exigimos a nuestros gobiernos a comprometerse de verdad, a erradicar la pobreza infantil, a mejorar la prestación conjunta de servicios públicos incluyendo políticas de prevención suficientes y adecuadas y a proporcionar a la infancia una variedad de disposiciones que garanticen su bienestar, tanto físico como emocional y psicológico, que se vería reflejado de manera convincente en unos futuros beneficios sociales y económicos muy superiores a los de la inversión.

Por ello, instamos a quienes nos gobiernan en nuestras administraciones a:

1.- Respeten y apoyen los derechos y libertades de nuestra infancia para que se les proporcione un entorno que les permita desarrollar todas sus disposiciones y capacidades naturales.

2.- Restablezcan la importancia de las relaciones tempranas y apoye mejor la salud y el bienestar de las familias

3.- Aborden las desigualdades y garantice que todos nuestros niños y niñas puedan desarrollar todo su potencial, asegurando que los valores que estamos modelando sean los que queremos ver en el mundo de mañana.

4.-  Revisen, consoliden y evalúen todas las políticas y evidencias a través de una actualización de la Ley 12/2001 de Infancia y Adolescencia de Aragón.

5.- Aseguren que los y las profesionales que trabajan con la infancia en situación de vulnerabilidad sean los perfiles profesionales que puedan asegurar un mejor acompañamiento socioeducativo, supervisando su formación, capacidades y su situación laboral y/o salarial.

 

 

JUNTA DE GOBIERNO DEL CEES-ARAGÓN