LA VOCALÍA DE GÉNERO Y DIVERSIDAD DEL CEES-ARAGÓN MANIFIESTA
SU REPULSAPOR LOS CRÍMENES DE MENORES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO VICARIA.
Desde 2013, cuando empezaron a registrarse datos, 64 menores han sido asesinados en contextos de violencia machista en España. A 30 de mayo de 2025 ya son dos los crímenes vicarios confirmados.
Estos datos muestran la evidencia de los fallos del sistema: falta de protección a las víctimas y a sus hijos e hijas, calvario judicial desde el momento en el que se interpone la primera denuncia, revictimización constante, custodias compartidas aún en los casos en los que el progenitor es un maltratador, fallos en los sistemas de control telemático y una larga serie de despropósitos cuando se cumplen veinte años de la Ley de Violencia de Género demuestran que la mujer está siendo sometida a múltiples violencias constantes y multiplicadas que aumentan su vulnerabilidad y la de sus hijos e hijas, hasta el punto de ser asesinadas. Se mantiene el mito de que un maltratador es buen padre.
Los comités de crisis tratan de frenar la escalada de violencia machista vicaria sin conseguirlo, las asociaciones de víctimas tienen mucho que contar, pueden aportar, desde su experiencia y labor de acompañamiento a otras mujeres, matices fundamentales a la hora de desarrollar planes estratégicos eficaces y apenas son escuchadas.
Por ello reivindicamos el papel importante de estas asociaciones en el cambio estructural, judicial, social, por eso hay que trabajar junto a ellas. Su fuerza es imprescindible para que la vergüenza cambie de bando y su experiencia en la reconstrucción de vidas, en las luchas diarias para salir de la violencia de género, en el entendimiento de la experiencia propia de lo que supone la constante amenaza del miedo, resulta de vital importancia.
Es en esa resiliencia y pedagogía propias donde habría que apoyarse para la transformación social que necesitamos, dónde la prevención, la sensibilización, la formación de los profesionales en los diferentes ámbitos de actuación, la educación en igualdad y la deconstrucción de arquetipos patriarcales resulten los pilares fundamentales de una sociedad sana, que se indigne y se revuelva ante cada asesinato, clamando porque la justica aplique una perspectiva de infancia y porque se diseñen mecanismos seguros para que los y las menores puedan denunciar situaciones de violencia.
Desde el Colegio Profesional de Educación Social volvemos a poner voz y a hacer visible la lucha, el dolor y la necesidad de un mejor y mayor apoyo a las mujeres y menores víctimas de violencia machista.
Vocalía de Género y Diversidad
CEES-Aragón
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